Las campanas extractoras, con el paso de los días, acumulan una gran cantidad de grasa.
Una de las mejores formas de limpiarlas consiste en mezclar amoníaco y alcohol a partes iguales, humedecer un trapo con esta solución y pasarlo sobre la campana extractora.
Siempre que “trabajemos” con amoníaco se recomienda utilizar guantes para evitar el contacto con la piel.
Publicado el 07/01/2020