CONSEJOS PARA UNA NEVERA SALUDABLE


CONSEJOS PARA UNA NEVERA SALUDABLE

CONSEJOS PARA UNA NEVERA SALUDABLE

 

  • Revisamos el frigorífico

 

  • Antes de llenar el frigorífico, lo revisamos y elaboramos una lista por familias de los productos que necesitamos: Carnes y pescados, Frutas y verduras, Lácteos, Conservas, Embutidos, Bebidas y Congelados.

 

  • Alimentos indispensables en verano.

 

  • Frutas: melón, sandia, albaricoques, higos y cerezas.
  • Verduras: tomates, calabazas, pepinos, lechugas, zanahorias. Aunque no son de temporada, también se recomienda tener en el frigorífico en verano judías verdes, pimientos, apio y puerro.
  • Carnes: pollo, pavo, ternera y cerdo (en chuletas de Sajonia).
  • Pescados: bonito, sardinas, jurel y palometa.
  • Primeros platos o acompañamientos: gazpachos (normal, de tomate raf), salmorejo y ajoblanco.
  • Platos preparados y semipreparados: crema de la huerta, purés, pasta fresca, conservas, pastel de cabracho…
  • Lácteos: quesos frescos y semicurados, yogures y membrillo.
  • Bebidas: agua y zumos.

 

 

  • Rellenamos el frigorífico

 

  • Según los datos de la guía Aces de Supermercados españoles, el 42% de la comida que se desperdicia en España proviene de los hogares. Cada familia tira a la basura cerca de 76 kilos de comida al año. Una correcta organización de los alimentos en la nevera contribuye a su conservación y reduce los desperdicios.

 

  • Traslado de productos congelados y refrigerados. Al hacer la compra, los productos congelados y refrigerados siempre se dejan para el final. Para no romper la cadena de frío al llevarlos del mercado a casa, los metemos en una bolsa isotérmica. En su defecto, envolveremos la carne y el pescado congelados en papel de periódico y los introducimos en una bolsa de hermética de plástico.
  • Para mantener la cadena de frío, empezamos guardando los productos congelados en los cajones de congelación por familias. Si hemos comprado carne y pescado frescos para congelarlos y consumirlos más adelante, los introducimos en bolsas individuales para congelado y los etiquetamos. La temperatura del congelador debe situarse en -18º.
  • Carnes y pescados frescos. Primero debemos proteger la carne y el pescado frescos que no vengan envasados herméticamente. Para ello los guardamos en un recipiente hermético o los envolvemos en una película de plástico sobre un plato. A continuación, los colocamos en la parte superior de los cajones, el área más fría de la nevera. Actualmente, el sistema de bandejas mantiene la carne en buen estado en el frigorífico cerca de una semana.
  • Frutas y verduras. Si el frigorífico dispone de dos cajones, se destinará uno a las frutas y otro a las verduras. Si sólo dispone de uno, embolsaremos las verduras (calabazas, puerros, apios…). Con ello reduciremos los olores y evitaremos la maduración acelerada de otros productos por contacto. Al igual que con el resto de alimentos, las frutas y verduras recién compradas se colocan en la parte trasera del cajón, dejando delante aquellas que lleven más tiempo en la nevera. Las porciones grandes de fruta deben guardarse envueltas en una película de plástico.
  • Platos preparados, semipreparados y embutidos. Los estantes intermedios de la nevera corresponden a los platos preparados, semipreparados y embutidos. Nunca debemos guardar latas abiertas. Metemos lo que nos haya sobrado en un taper u otro recipiente hermético. También podemos usar un cuenco o tazón tapado con película de plástico. En éste área siempre debemos envasar los alimentos, incluidos los restos de fruta.
  • Estantes superiores. El estante superior es el menos frío de la nevera. Principalmente, aquí guardamos yogures y lácteos (quesos...).
  • La puerta de la nevera es la parte más expuesta al calor exterior. Aquí guardamos las bebidas (agua, zumos, refrescos, leche…), además de mantequillas, mermeladas, salsas (mayonesa, tomate, mostaza…) y huevos.

 

  • Alimentos que no debemos guardar en la nevera.

 

  • Las bajas temperaturas las hacen más arenosas. Su almidón se transforma en azúcares y estropea su sabor.
  • Frutas tropicales. La piña, el aguacate, el mango, el maracuyá y el plátano provienen de climas cálidos y la nevera acelera su descomposición.
  • Quesos curados. La mayoría de quesos curados pierden su sabor al guardarse en frío. Como alternativa, meterlos en un taper o recipiente hermético a temperatura ambiente (la quesera de toda la vida).
  • Aceite de oliva, miel, chocolate, café. Se cristalizan y pierden todo su sabor.

 

 

  • Funcionamiento y mantenimiento del frigorífico

 

  • No dejar la puerta abierta. Así no se altera la temperatura del frigorífico ni la conservación de los alimentos.
  • No introducir alimentos calientes. Antes deben dejarse enfriar a temperatura ambiente.
  • Mantener las juntas limpias y en buen estado. Deben revisarse periódicamente para detectar grietas o roturas que impidan el cierre hermético y contribuyan a la pérdida de temperatura. Un consejo práctico para el mantenimiento de las juntas consiste en limpiarlas con un cepillo de dientes, agua y un chorrito de vinagre blanco. Además de limpiar, desinfecta y reduce la generación de moho.
  • Ajustar las patas para un correcto nivelado del frigorífico. Esto ayudará a su perfecto cierre y sellado.
  • Colocarlo de tal manera que la parte trasera (dónde va el motor) disponga de suficiente ventilación.
  • La del frigorífico se sitúa entre 3-5º. La del congelador en -18º.
  • Aromatización. Una manera natural de aromatizar el interior del frigorífico consiste en colocar medio limón con clavo dentro de un recipiente, bien en los estantes intermedios o en la puerta.

 

 

  • Preparamos el frigorífico antes de las vacaciones

 

  • Para periodos no superiores a 15 días.

 

  • Revisar el frigorífico una semana antes de la fecha de salida. No dejar ningún alimento fresco (carne, pescado, verdura, fruta…). Se estropearán. Para no desperdiciarlos, se recomienda irlos consumiendo antes de la partida o cocinarlos para congelarlos. Con las frutas se pueden realizar zumos y batidos, y cremas con las verduras.
  • Retiramos los productos que hayan caducado.
  • Dejamos en el frigorífico las conservas, platos preparados y demás alimentos cuya fecha de caducidad supere nuestro periodo vacacional.
  • Al tener el frigorífico casi vacío, podemos aprovechar para limpiarlo.

 

  • Para periodos superiores a 15 días.

 

  • Desenchufamos el frigorífico y procedemos a su limpieza.

 

  • Limpiamos las juntas de las puertas.
  • Sacamos los cajones y baldas y los limpiamos con agua caliente y jabón. Los dejamos secar y luego pasamos un trapo seco. Si alguna balda mantiene algún cerco o marca de vaso, se recomienda frotarle con limón y sal (no raya).
  • Mientras los cajones y baldas se secan, limpiamos el interior del frigorífico con una bayeta humedecida en agua caliente y jabón. Se seca con un trapo y se deja la puerta abierta para airear.
  • El interior del congelador se limpia de la misma manera. El sistema ‘No Frost’ de los congeladores Miele evita la acumulación de hielo y escarcha. Para congeladores sin ése sistema, hay que descongelar antes de limpiar. Previamente, se ha vaciado el congelador. Se recomienda haber ido consumiendo los productos congelados antes de la partida.
  • Limpiar la bandeja inferior que recoge el líquido sobrante del frigorífico.
  • Limpiar la parte trasera.

 

 

  • Resumen de consejos

 

  • Traslado de productos congelados y fríos. Si no disponemos de una bolsa isotérmica los envolvemos en papel de periódico y los introducimos en una bolsa de plástico. Así no rompemos la cadena de frío al llevarlos del mercado a casa.
  • Frutas y verduras. Si el frigorífico sólo dispone de un cajón, embolsaremos las verduras (calabazas, puerros, apios…). Con ello reduciremos los olores y evitaremos la maduración acelerada de otros productos por contacto. Las frutas y verduras recién compradas se dejan en la parte trasera, dejando delante las que debemos consumir antes.
  • Aromatización. Una manera natural de aromatizar el interior del frigorífico consiste en colocar medio limón con clavo dentro de un recipiente, bien en los estantes intermedios o en la puerta.
  • Envasado de restos de platos preparados y embutidos. Si no disponemos de un taper y otro recipiente hermético para guardar el sobrante de una lata o plato preparado, usamos un cuenco o tazón y lo tapamos con película de plástico.
  • Limpieza de juntas. Limpiarlas periódicamente con un cepillo de dientes, agua y un chorrito de vinagre blanco. Además de limpiar, desinfecta y reduce la generación de moho.
  • Limpieza de cajones y baldas. Tras haberlos limpiado con agua caliente y jabón y dejarlos secar, si alguna balda mantiene algún cerco o marca de vaso, se le frota con limón y sal (no raya).

 

Publicado el 12/07/2016