Los colores que nos rodean, en ocasiones pueden demostrar nuestro ánimo y reflejar nuestra personalidad.Unas ocasiones preferimos unos y otras otros diferentes. Cada uno de ellos ejerce un impacto diferente en el organismo.

 

Las vibraciones de los colores pueden relajarnos e incluso podemos utilizarlos para mejorar malestares.

 

En el antiguo Egipto ya se menciona el uso terapéutico del color. Hipócrates, el padre de la medicina occidental, utilizaba ungüentos de diferentes colores y realizaba sus prácticas en salas pintadas con tonos curativos. 

 

En el siglo I Aulo Cornelio Celso escribió sobre el uso terapéutico del color. En el siglo IX, un médico árabe, a partir de los escritos de Hipócrates, estimó que el color rojo actuaría como estimulante para la sangre y el amarillo podría reducir inflamaciones y dolores.

 

En 1878 Edwin Babbit publicó “Los principios de la luz y del color” con una teoria que asociaba colores a afecciones.

 

Actualmente se utiliza luz azul para tratar la ictericia neonatal y como calmante en artritis reumatoide

 

Cada color tiene una vibración diferente y esas vibraciones interactúan con las propias del cuerpo. Podemos utilizar los colores para armonizar nuestras propias vibraciones y encontrar el equilibrio.

 

Los rojos, anaranjados y amarillos nos dan sensación de alegría y energía, los azules y púrpuras producen seriedad. A menudo nos sentimos atraídos por los colores que necesitamos, por ejemplo rojo cuando estemos agotados, azules si estamos nerviosos, amarillos y dorados si sentimos depresión.

 

Para más información consultar “Cromoterapia” Ed. Parramón